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lunes, 13 de abril de 2009

Herman Hesse


A Herman Hesse lo recordamos por su famosa novela Demian pero también fue el autor de Siddartha, Peter Camenzid, El juego de abalorios, El lobo estepario, etc. Mi libro preferido de Hesse es Narciso y Goldmundo cuya lectura me iluminó. Hesse es de esos escritores que iluminan vidas, que hacen que uno disfrute todo el tiempo de la lectura de sus libros. Es un clásico al que siempre volvemos a leer y leer.


Nació en en Alemania , en la localidad de Calw, en Baden-Wurttemberg. Creció en un hogar muy religioso. Su padre era misionero evangélico. El en algún momento pensó en ser teólogo o misionero pero dio marcha atrás con su proyecto.


Quería ser poeta pero debido a un intento de suicidio pasó por varias instituciones mentales. Rechazaba la educación formal prefería ser autodidacta. Su ser se rebelaba profundamente contra todo tipo de dogmas y mandamientos. Prefería elegir y no ser obligado a ... En religión se inclinó también por las orientales: budismo, taoísmo.
Durante la Primera Guerra Mundial se fue a vivir a Suiza. Hesse era pacifista y toda su obra se inclina por buscar las verdades fundamentales del ser humano. Sus obras son de iniciación espiritual, filosóficas y psicológicas con fuerte simbolismo.
He aquí algunas frases que escribió y que me han parecido hermosas para poder entender a este magnífico escritor:
La vida de cada hombre es un camino hacia sí mismo, el intento de un camino, el esbozo de un sendero.
No reniego del patriotismo, pero primeramente soy un ser humano, y cuando ambas cosas son incompatibles, siempre le doy la razón al ser humano.
Cuando se teme a alguien es porque a ese alguien le hemos concedido poder sobre nosotros.
Cuando odiamos a alguien, odiamos en su imagen algo que está dentro de nosotros.
Hago mi camino cansado y polvoriento, y detenida y dudosa queda tras de mí la juventud, que baja su hermosa cabeza y se niega a acompañarme.
A mí sólo me atrae la contemplación del mundo y de mí mismo, y de todos los seres, con amor, admiración y respeto.

El Saber es comunicable, pero la Sabiduría no.
Ganó el Premio Nobel de Literatura en 1946.
Leer a Herman Hesse es fundamental no solo por la belleza de los textos sino por todo lo que puede aportarte espiritualmente.

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