sábado, 3 de octubre de 2009

Como un pez en el agua


La niña nada en las aguas verdes de algún mar. Como un pez en el agua. La infancia ha quedado muy lejana sin embargo. Horas meses años décadas. Pero el gusto por el agua por el sol por las flores por las siestas largas no ha caducado. La fascinación no tiene tiempo perdura. Aunque parte de ese asombro de esa magia se haya perdido en algún hueco de las edades. Soy una mujer enamorada de la vida a pesar de todo. En la bella primavera en el ardiente verano vuelvo a reconciliarme con la dulzura del vivir. Vuelvo a insistir con la promesa del atardecer o la incógnita en cada alba.
Y a saborear un vino blanco helado o cerveza en algún bar con amigos . O me quedo horas absolutamente embobada por esas noches negras e intensas increiblementes mágicas. En la contemplación de un orden universal perfecto.
Y siento que no vine en vano a este mundo que hay un Dios aguardando por nosotros y que se derrama para todos en esos instantes de felicidad. O por lo menos es ese mi deseo para todos.

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