jueves, 18 de febrero de 2010

Blas de Otero




Blas de Otero construyó un corpus poético muy interesante tanto como para los que gustamos de la lengua española como de la poesía.Sus lecturas del romancero español como de poetas como César Vallejo, Fray Luis de León y San Juan de la Cruz hacen que en su obra pueda rastrearse la capacidad de síntesis,la ruptura formal de algunos versos tradicionales,el uso magistral del hipérbaton, de los encabalgamientos y de otros recursos poéticos.La huella de Unamuno en sus versos reclamando a Dios una presencia. La presencia del padre ante el hijo que sufre en la tierra.

Nacido en el país vasco. Estudiante de colegio jesuita quizás por esto su gran religiosidad, la presencia de Dios en todas las cosas y el desencanto también.Mi opinión personal es que estamos ante un autor con gran compromiso social pero especialmente con gran compromiso con el hombre no hay que olvidar que venía de una generación de posguerra.El grupo de poetas a los que se les encasilla en realismo social en la generación de posguerra hacen poesías que proclaman la muerte al individualismo. Que divulgan la hermandad y el sentido de lo colectivo. En ese grupo estaba Blas de Otero al igual que por ej. Gabriel Celaya.
y la fragilidad, la solidaridad, el dolor, la precariedad de la vida se notan en toda su obra a pesar como digo que era un hombre de una gran religiosidad (quizás me identifico con esa especie de espiritualidad subversiva no dogmática sino profundamente humana).Sus poemas después de 1955 viran desde una poesía metafísica hacia una poesía más comprometida y con conciencia política social.Desde 1951, se afilia al Partido Comunista de España y viaja por Rusia, China y otros países. Sus últimas poesías son existencialistas y desarraigadas.

Obras del autor: Cántico Espiritual(1942), Angel fieramente humano (1945),Ansia
(1958),Pido la paz (1955)Expresión y reunión (1969), Verso y prosa (1974), Todos mis sonetos (1977), Poesía con nombres (1977) y Viejo camarada (1978),etc.

Poemas que me gustaron:

1)
En el principio

Si he perdido la vida, el tiempo, todo
lo que tiré, como un anillo, al agua,
si he perdido la voz en la maleza,
me queda la palabra.

Si he sufrido la sed, el hambre, todo
lo que era mío y resultó ser nada,
si he segado las sombras en silencio,
me queda la palabra.

Si abrí los labios para ver el rostro
puro y terrible de mi patria,
si abrí los labios hasta desgarrármelos,
me queda la palabra.

2)

Aquí tenéis, en canto y alma, al hombre...

Aquí tenéis, en canto y alma, al hombre
aquel que amó, vivió, murió por dentro
y un buen día bajó a la calle: entonces
comprendió: y rompió todos su versos.

Así es, así fue. Salió una noche
echando espuma por los ojos, ebrio
de amor, huyendo sin saber adónde:
a donde el aire no apestase a muerto.

Tiendas de paz, brizados pabellones,
eran sus brazos, como llama al viento;
olas de sangre contra el pecho, enormes
olas de odio, ved, por todo el cuerpo.

¡Aquí! ¡Llegad! ¡Ay! Ángeles atroces
en vuelo horizontal cruzan el cielo;
horribles peces de metal recorren
las espaldas del mar, de puerto a puerto.

Yo doy todos mis versos por un hombre
en paz. Aquí tenéis, en carne y hueso,
mi última voluntad. Bilbao, a once
de abril, cincuenta y uno.


3)
LA TIERRA

Un mundo como un árbol desgajado.
Una generación desarraigada.
Unos hombres sin más destino que
apuntalar las ruinas.

Romper el mar
en el mar, como un himen inmenso,
mecen los árboles el silencio verde,
las estrellas crepitan, yo las oigo.

Sólo el hombre está solo. Es que se sabe
vivo y mortal. Es que se siente huir
—ese río del tiempo hacia la muerte—.

Es que quiere quedar. Seguir siguiendo,
subir, a contramuerte, hasta lo eterno.
Le da miedo mirar. Cierra los ojos
para dormir el sueño de los vivos.

Pero la muerte, desde dentro, ve.
Pero la muerte, desde dentro, vela.
Pero la muerte, desde dentro, mata.

...El mar —la mar—, como un himen inmenso,
los árboles moviendo el verde aire,
la nieve en llamas de la luz en vilo...

4)

DIGO VIVIR

Porque vivir se ha puesto al rojo vivo.
(Siempre la sangre, oh Dios, fue colorada.)
Digo vivir, vivir como si nada
hubiese de quedar de lo que escribo.

Porque escribir es viento fugitivo,
y publicar, columna arrinconada.
Digo vivir, vivir a pulso, airada-
mente morir, citar desde el estribo.

Vuelvo a la vida con mi muerte al hombro,
abominando cuanto he escrito: escombro
del hombre aquel que fui cuando callaba.

Ahora vuelvo a mi ser, torno a mi obra
más inmortal: aquella fiesta brava
del vivir y el morir. Lo demás sobra.

1 comentario:

  1. Hola gente! Mi nombre es Nadia y estoy trabajando en un bar de cine.
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    Si les interesa la propuesta pueden escribirme a nadiaosorio@gmail.com y quedamos en

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    Saludos Nadia Lihuel.

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