Uno mismo. Extasiado ante la maravilla de la mano de Dios. La Naturaleza devolviéndonos sólo un destello de lo que Dios es. Reencontrarse a uno mismo a tantos kmts. Y no es que uno tenga que viajar lejos para reencontrarse o volverse a descubrir.Es que el viaje en realidad es a uno mismo. Y uno se desliga de los equipajes para ser eso que vinimos a ser. Aquí, en este mundo.
Foto tomada en la Cascada Escondida, El Bolsón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario