viernes, 26 de febrero de 2016

Hiper








Hiper


La sal de la Vida es múltiple, tú sabes, lágrimas, océano. Ella cree que debe saltar pero no sabe cómo. La falta de amor es un secano que aloja bestias terribles.


La vegetación cubre su cuerpo por entero, se tendió a descansar, a morir entre yuyos. Detrás suyo quedan unos libros: Celine, Miguel Hernández, Carmen Laforet...


La nada a lo mejor, la Nada que nos sumerge en un manto de piedad para no ver deshechas todas nuestras vanas esperanzas. Porque creer es un acto de resistencia colosal y volver a creer es un profundo nido de arañas desastroso.


Ella es una gigantesca muñeca , una salvaje en carne viva, una herida abierta descomunal y permanente.


EL cielo de costumbre, los pasos cotidianos, las tareas y el olor de lo mediocre disolviendo las olas del bienestar, de eso que podría llamarse hogar y que no existe.


Hiper es tu horizonte quemado, devastado, devorado por el sol del atardecer.


Todo parecido con la realidad es casualidad. O Causalidad. O un cuerpo vaciado de significado a esta hora en que todos duermen y abanican sus inseguridades con las debidas explicaciones del caso.

Hiper es tener el cuerpo revolucionado, ardido, en peligro. Dícese de aquello que es sentimiento y que es enorme , que no puede ser explicado o comprendido.

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