lunes, 30 de mayo de 2016

Fin de fiesta,



Fin de fiesta.Algunos invitados deciden irse. Aquí, en el pecho, la memoria. Azul , tu pañuelo en el saco, todos los días , mi amor, el amor. Todos los días, el umbral humedecido de lágrimas, tu perfume impecable, augusto, perfecto.


Acaba con tu postre, pasate la lengua por los costados, hay migas. Fundirse es un acto mezquino , en el que uno de los definitivamente pierde. Subite la solapa, hace frío y llueve y truena.

Las próximas inundaciones serán internas. Sin luz, sin sol, es que esta desolación recién empieza...


Abrí la puerta, tras de ti, y dejé que toda la lluvia mojara los pisos. Mis cabellos chorreaban, la humedad me cubrió y toda la vegetación creció en mí. Debo resistir, estas palabras ni para enjuague de pisos...


Lo que no dijo el diario. Lo que no dijo. Es que a tres cuadras, tu auto se estrelló, excesos, comunes en vos, excesos.

El perímetro de mi pena es inversamente proporcional a tu destino iracundo. De alguna manera me estrellé también en vos como ese auto que te llevaba, esa madrugada...


Fin de fiesta. Cerraré las puertas. No miraré detrás, no. Quedan invitados festejando en el jardín, los convido con champagne, hablamos, hacemos como si, ahora los fantasmas bailan en los alrededores, queman el césped.

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