miércoles, 4 de mayo de 2016

Los dioses frágiles




Los pájaros habían vuelto a tierra. Establecían a menudo un diálogo con los últimos dioses. Pero ya no habría más.Se sentían perdidos, qué harían ahora que eran libres. Sentimientos contradictorios se cernían sobre ellos como las nubes que habían visto en las montañas, pesadas, oscuras, presagios de algún desastre, acaso el signo de una tormenta mayor que desconocían.

El aire olía extrañamente a narcisos, el agua espejeaba sus sombras perfectas sobre la superficie, nada se movía excepto el oleaje,

Huellas en las playas, enormes, impresionaban y finalizaban en el mar.Exhaustos rastrillaban el horizonte y sus corazones latían con fuerza, temían lo peor pero...

Acudieron como obsesos a verlos, enhiestos, petrificados, de los antiguos amos nada quedaba sino el rictus descompuesto de una raza superior en fuga.

Dicen que la desolación los visita cuando el sol estalla sobre el océano espectral.Que hay lazos indestructibles entre el Infinito y la Tierra que no se pueden romper.Un anillo invisible corporiza la ligazón que antiguamente los unió y se llama Amor.


Las aves no pueden ser libres y quisieran, el encantamiento de haber conocido a esos seres perfectos, rigurosos, pero sensibles no los abandona especialmente al mediodía cuando el sol reverbera y esos cuerpos rígidos parecieran tomar vida y decirles algo.
Susurrarles palabras como "amigo ", " Tiempo", " regreso ", " aurora", "utchrest", "zlurp"...

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