Y se fue
El se quitó suavemente el sombrero y se fue,
así se dice del hombre que es caminante.
Peló a los árboles de sus hojas y se fue,
así el austero viento de otoño.
Ella repartió sus clemencias con una sonrisa
y siguió su camino real, la reina.
Noche tras noche golpeó a la puerta
y se fue, esto de un corazón roto.
A su corazón él apuntó sollozando y se fue,
así se dice del hombre malogrado.
Robert Walser
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