martes, 18 de abril de 2017

Acá no queda nada










Hay densidad y niebla. Se ha vaciado el alma de sonidos celestiales. Acá no queda nada. Es la Providencia o la suerte de las cosas que tienen algo que decirnos. Y unos pasos solitarios que nunca encuentran su sitio.Y se pierden en la arena, en la playa, en el desierto.

Encanto que deriva en espanto, fuego sobre los techos y sonámbulos dando vueltas en balcones. Pulmones perforados por el Tiempo, la llovizna pega suave y no detiene el fuego, acaso es la última exhalación y el silencio del mundo que se resiste a cambiar.


Y entonces llega el día, y no podemos mirar, nos hemos vuelto casi ciegos y el sol abrasador que nos va quemando...Es tan tenue el recuerdo,el paseo, el desfile de los días grises en que no hicimos nada para detener el sol negro abatiéndose sobre el cuerpo de nuestros hijos...

En remolinos, los pensamientos como espadas, como lirios quebrados en el tallo y resistiendo el embate de la brisa perfecta que es nuestra historia, la Historia de la caída, la templanza de los cuerpos asistidos por el río virginal donde descansamos la cabeza de tanto horror.

Desde acá veo el puente de metal quebrado, te decía que hay porosidad y pérdida del aire ...Te digo que leas esta carta y que devores hasta el último pedacito de ella especialmente donde te escribo "que hemos perdido esta última batalla y que salgo a la calle a ver que pasa ".


Mónica Pedraza

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