martes, 27 de marzo de 2018

55








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un instante, una luz
que viene de un afuera
o desde un abismo de almas
que se niegan a abandonarse.


Toda feroz carnicería
es inútil,
si en la frontera al fin descansaré.


Y si las letras de tu nombre
te condenan,
piensa que fue suave el rumor del mar,
y libre tu corazón griego,

No vine para salvarme
se acumulan en mí la mirada de mi madre,
la inteligencia del padre,
la sabiduría ancestral de mi Abuela árbol.


No cruzamos las sombras
pero vienen a buscarnos,
pero no pueden...
No pueden.

¿ Qué podrían hacer con un destino vagabundo
prístino, salvaje, valiente,
un ser que canta fuerte y bello
bajo el ala protectora de los dioses ?.


Mónica Pedraza




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