martes, 25 de septiembre de 2018

Mis noches son largas









Mis noches son largas. Unas líneas infinitas cuya perfección reside en que siento que doy cuerda al mundo cuando ya todo duerme y estoy más sola que de costumbre. Y esta nocturnidad atrapa todo abismo, toda caída, todo torbellino y si el día aplasta la noche redime.


Y nada es tan turbio porque el silencio me habla desde una boca sensual y relajante que me calma. Seducción de las horas más perdidas como si estuvieran dentro de un pozo y me llamaran. Todo lo que ha existido alcanza su cenit y nada es tan irremediable o sí.


El testimonio de lo vivido, de lo sufrido, de lo celebrado...Es como esa espuma que dejan los peces en el río. Esa espuma babosa que da asco pero que tocamos no sabemos porqué pero lo hacemos. Esos chispazos de vida que quedan pendientes y a los que uno se cuelga con obsesión porque sabe que son los últimos destellos de infinitud.


Hay que atravesar la noche para entender el día. Y cerrar las cortinas para que pase la claridad y todo ésto para que al final podamos ejercitar nuestro arte de vivir con los sentidos ardiendo y podamos extender las manos y SENTIR que todo el frío, todo el calor, toda la desesperación, toda la alegría, todo el odio, toda la fragilidad, toda la envidia, toda la mezquindad, toda la ambición sana no nos derribaron ni nos conformaron ni nos engrandecieron ni sodomizaron ni amputaron sino que nos construyeron y perfeccionaron al fin.



Mónica Pedraza



Ph: Edward Hartwig "Textures "

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