jueves, 29 de febrero de 2024

El deshabitado


 


La máquina de la felicidad no anduvo Es por eso qiue secretamente coloqué la última carta entre el pecho y las costillas y me acosté a dormir bajo el sonido de un mar que prometía sueños infinitos.


La Tierra se abría y me tragaba y no quise ver que me esperaba en ese reparto raro.Nunca anduve detrás del dinero ni quise gloria alguna. Sólo descansar esta cabeza del desequilibrio y la deshonestidad.


Anduve paisajes y cielos perfectos. Con mi mochila de soledad y desamor.


Ahora que golpeo puertas fantasmales siento la belleza del viento como una corona peinándome las tristezas


Solo quiero soñar y dormir bajo un día intenso en el que pido absoluta paz y olvido.


En las largas habitaciones de un palacio interminable ya han dado las horas donde el Tiempo y yo desconocemos lo que hemos andado.Hemos pactado una reconciliación como caballeros que se citan a tomar un vino y beben a deshoras.Y luego parten destinados a no cruzarse nunca más. 


Mónica Pedraza


 

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