miércoles, 9 de mayo de 2018

A un viejo poeta en el Perú, poesía de Allen Ginsberg











A un viejo poeta en el Perú


Porque nos encontramos en el atardecer
Bajo la sombra del reloj de la estación
Mientras mi sombra estaba muriendo en Lima
Y tu fantasma estaba muriendo en Lima
Vieja cara necesitando afeitarse
Y mi barba joven saltando
Magnífica como el pelo muerto
En las arenas del Chancay
Porque pensé erróneamente que estabas melancólico
Saludando tus pies de 60 años
que huelen a la muerte
de arañas en el pavimento
Y saludaste a mis ojos
con tu voz anisada
Erróneamente pensando que yo era genial
para un joven
(mi rock and roll es el movimiento de un ángel
volando en la ciudad moderna)
(tu agitación Oscura es el movimiento
de un serafín que ha perdido las alas)
Beso tu mejilla gorda (una vez mas mañana
bajo el estupendo reloj del Desaguadero)
Antes que vaya a mi muerte en un accidente de avión
en Norte América (mucho tiempo atrás)
Y tú vayas a tu ataque al Corazón en una indiferente
calle de América del Sur
(Ambos rodeados por comunistas gritando
con flores en el culo)
–tú mucho antes que yo–
o en una larga noche, solo, en un cuarto
del viejo hotel del mundo
observando una puerta negra
rodeada de pedazos de papel.

Allen Ginsberg

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