Estuve unos 12 días en el sur del país, de vacaciones. He vuelto. Y cómo eran vacaciones no toqué una compu hasta hoy. Ni entré a Internet hasta hoy. Necesitaba más estar en contacto con la naturaleza que con cualquier otra cosa. Y valió la pena. Los viajes nos descubren facetas que en nuestras vidas cotidianas olvidamos ya sea por el apresuramiento o por la locura que se vive en la gran ciudad. Dormir la siesta bajo los árboles. Admirar una y otra vez la belleza de cada árbol. La presencia de Dios en cada planta, en cada animal, en cada piedra. Caminar mucho pero mucho por los caminos polvorientos o frescos depende pero eso sí siempre alegre siempre dispuesta a descubrir algo más en ese camino.Una cascada, un sendero, chacras plenas de cerezas, lúpulo, rosa mosqueta o lo que fuere. He viajado más de media docena de veces a la Patagonia. Me enamora siempre.
Foto del río Quemquemtreu, en El Bolsón.
