Llegará un día
donde podamos ser mansos
y no colocar la bala en la frente
por las dudas
como toda guerra.
Agónicos
clowns
titubeadores
definitivos
orgullosos
astutos
egoístas
tercos
desconfiados
buscadores de la verdad
no importa qué
Reyes de instantes
que no nos conforman
rebeldes eternos
sin mejora alguna
por suerte.
Cruje el sol
algún día
nos abandonará este sol
y entraremos en el olvido
Que es la noche eterna
Brindemos hasta entonces
por la carne sublevada,
por la poesía
por los amantes insumisos
por las vides
y las rosas
y jazmines junto al pecho
por la vuelta de la Primavera
eternamente.
Alcancemos el perdón
porque no hemos servido a ningún patrón de desgracias,
a ningún enemigo todopoderoso
Porque aunque casi vetustos
somos los niños
que siempre quisimos ser.
Ríamos a más no poder.
Mónica Pedraza
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