Probablemente es la belleza de un bosque
lo que nos inclina a suavizar nuestros modos
a adquirir firmeza en los pasos,
en ser sensibles pero fuertes a la vez.
Oir el murmullo
y convertirse en sonido,
Despertar el esplendor dormido
hacer poesías con la noche,
Hay algo bueno en todo germen de Vida,
en el cantar del Viento
cuando es madrugada
y uno siente que el corazón vibra
al unísono con todo lo que late.
Sea mineral
animal
vegetal
o humano.
Mónica Pedraza
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