" Ella estaba sentada con su vestido de casa.Él sabía que ella había hecho lo posible para no tornarse luminosa e inalcanzable.Con timidez y respeto, él la miraba. Envejecido, cansado y curioso. Pero no tenía nada que decir. Desde la puerta abierta veía a su mujer que estaba sentada en el sofá , sin apoyar las espaldas, nuevamente alerta y tranquila como en un tren.Que ya partiera "
De Clarice Lispector, cuento " La imitación de la rosa".