" Oslo, 31 de agosto" (2011), es una película del director noruego Joachim Trier.Es una versión del libro del escritor Pierre Drieu La Rochelle, "EL fuego fatuo". La historia de un drogadicto, Anders (Ander Danielsen) que sale de un centro de desintoxicación y no puede reacomodarse a la sociedad. No encuentra una pequeña llamita de esperanza como para volver a ser y a reinsertarse limpiamente sin paliativos.
Imagen desoladora de una adicción. En el mundo de la adicción la autodestrucción siempre parecería ganar la batalla. Hay un componente muy fuerte de algo que se quiebra dentro de la persona que le impide vivir bien, una necesidad de tirarse todo el tiempo por un tobogán directo al Infierno. No hay medias tintas hay pulsiones que no son vitales sino tanatológicas.
Anders se refugia en un pasado que no puede volver, que es casi perfecto pero que es pasado, lisa y llanamente melancolía y nostalgia. Al no poder apreciar la puerta de salida se queda en la imposibilidad de recuperar aquello que fue. Por eso cada minuto del presente es desaprovechado, la desintoxicación no funciona porque es vivida por fuera no es internalizada, la negación interior le puede más que su mentira, su máscara de " estar haciendo bien las cosas".Anders se niega a sí mismo su propia recuperación. En el fondo no puede aceptar su debilidad y su tragedia.
Si bien es desesperanzada la visión , el film es bello, bien hecho. Cámara en mano,documentando familia, amigos, ex novia de Anders, Trier logra una aproximación más que certera de las 24 hs. en la vida de un adicto a las drogas.Super recomendado.