Mi post de hoy habla del dolor y de cómo cada uno lo resuelve a su manera , a su modo. Cómo cada cual se deja llevar o no, es decir se contiene, se traga el dolor, lo evapora. Alguno de mis amigos han tenido pérdidas familiares recientes, y uno de ellos pone posts de comidas en el fb, yo me horrorizo, porque recuerdo cuando murió mi padre y yo no podía probar bocado, sólo dejarme inundar de dolor y sentirlo hasta exprimirlo y todavía cuando lo recuerdo ( lo tengo presente todo el tiempo) o escribo sobre él se me llenan los ojos de lágrimas. Se me hace difícil digerir que alguien perdiendo a un ser tan querido pueda poner posts de lo que come hoy pero pienso que no todos resolvemos el tema del duelo de igual manera, el dolor camina dentro de cada uno en forma diferente. Otros se atiborran de cosas para hacer y gente que ver para aturdirse porque no soportan el peso de la soledad o de la ausencia del otro. Otros lo hacen con rabia , ira, conocí gente que expulsaba demonios contra mí porque no aceptaba mis tiempos, ni me quería creer, no aceptaba que yo le dijera la verdad entonces me mandaba maldiciones, estallaba, me echaba toda la culpa, etc, etc, etc. Al dolor que sentía lo transformaba en ira, en odio, en desprecio...Yo podía/puedo entenderlo, comprenderlo, perdonarlo, nunca excusarlo, nunca decir que eso que hacía estaba bien.Me hería de mil modos porque no podía manejar el dolor, mi ausencia...Y le resultaba más fácil lastimarme verbalmente que aceptar que él también era parte del problema.
Hay gente que grita, que le quema el dolor, la pena, que rompe todo porque no hay algo que devore más nuestro ser que la ausencia de los que amamos.
Y están los que a veces nos congelamos, es tan fuerte el dolor a veces que no tenemos respuestas ante eso inconmensurable, siempre digo que a la muerte de mi Abuela no pude elaborarla, no pude sacar afuera la pena que me dejó su partida, no pude, aún no puedo. Tengo una explicación coherente: venía de muchas pérdidas de todo tipo y se me juntó todo y no pude resolver el duelo como hubiera querido.
Negamos la tristeza, la escondemos, nos carcome, eludimos enfrentarnos a la pena, la esquivamos, le echamos culpas a los otros, nos alejamos, nos escapamos, como si la pena se quedara allí y nosotros estando lejos pudiéramos olvidar, no. El dolor siempre está , en nuestros pasos, en nuestro desayuno, en nuestra espalda, en nuestra sonrisa a medias...
Cada cual resuelve el dolor como le viene, como le conviene...A su modo, cómo le sale, como puede.