El corazón a mil
Hay un murmullo que no cesa de estallar
hay un juego que nos vuelve Verdad,
no paremos de jugar.
Tenemos ardor en el cuerpo,
el lenguaje corporal es como la Biblia
no nos deja de hablar...
Ya se fueron los años
pero vienen otros
dale a tu intensidad un sueño
que no pare de latir.
Seremos presos del instante
ciudadanos del vértigo
dame tu corazón a mil,
tu sexo, tu sudor,
dame un beso
que no pueda olvidar.
Resignarse,
nunca pudimos,
fue un intento mil intentos vanos
Nunca pudimos.
Mónica Pedraza