No saber nada del mundo
a veces es restablecer
la armonía interna,
excavar el suelo existencial
y encontrar el diamante.
No estar pendiente de nada ni de nadie
sino de los propios latidos,
Y rescatarse,
descansar,
sumergirse en un sueño más allá del mundo,
poner en cero
el Tiempo,
Hacer de cuenta
que la Vida no ha sido
y tú tampoco,
hallar la panza materna
junto a unas matas de vegetación,
salir entero.
Mónica Pedraza
ph: Václav Jirasék