Julieta
Se le enreda el pelo.Veinte veces se lo peinó. Se lo planchó,se hizo rulos. Es una suerte tremenda que el cabello resista tanto maltrato. Nunca está contenta con lo que ve. El espejo es un lente oscuro y ve fundido total ,negro, black.No se ve. Hay mucho problema cuando alguien ya no se ve en el espejo o todo lo que ve lo ve mal.
Juliette, Julieta pero no la de los espíritus, la de Fellini esa no. Julieta es común, es ordinaria, tiene juanetes. Huele mal. Le rehuyen todos, las mujeres la consideran densa , los hombres ni se le acercan. Bah para el sexo, que es lo mismo que la nada, el acto mecánico, subir , bajar. Total, diez minutos de nada. No siente nada.Transpira, suda mucho, odia el sexo como odia su nombre Julieta.Adoraría tener esos nombres rimbombantes como Olivia, Felicitas, Pía... pero no Julieta. Putea a sus padres, "malditos" dice.
Sus padres nunca la quisieron...Tal vez su padre munido de una infinita piedad. Pero su madre no, definitivamente no. Su madre temía que alguien le preguntara si el engendro era de ella. Ella tan blanquita, tan coqueta, tan años cincuenta.Su hija, una débil mental, una terrible cochina que ni cocinar sabe.
Julieta que pide un Romeo al menos un Romeo de barrio, moreno, rubio, engreído, voluptuoso, banal, confidente, patético, terrible, sucio como ella.Lo que sea. Alguien con quien batirse a duelo y que apechugue cuando alguien le grite desde el frente "Gorda, no te comas los helados ". Que no salga rajando que se quede...
El desamor es una espiga vieja. Tipo la de los santitos después de un tiempo, queda como paja vieja en la estampita. Como un pedazo de escoba seco, duro, entre amarillento y papiro. Los que son devotos creen en esas estampitas con olor a viejo y a pueblo. Esas estampitas con la espiga vieja y enhiesta. Pero Julieta no cree en nada ni siquiera en ella. Ni en el peinado que se inventa todos los días para enfrentar la sequedad, la angustia de no ser, la maldad, el no haber sido concebida con la gracia sino con pura calentura...
Piensa que de nada vale el intento de levantarse porque asegura que no hay nada que se pueda hacer con una piba de barrio que aspira a ser una yegua y cuya melodía de cabecera es la de algún tema de Leo Dan.
Mónica Pedraza