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jueves, 28 de diciembre de 2017

La coincidencia










Fue al supermercado. No tenía mucho dinero en la billetera, su mamá le había dejado lo justo. Sabía que Mayra se gastaba todo en golosinas. Pero no, esta vez sólo el dinero casi contado para comprar la lista del día.



Pasó por la verdulería, la lechuga estaba hermosa. Como una rosa con sus círculos y laberintos. Se la llevó, y los tomates. Bifes y ensalada
dijo su mamá. Lo que más le gustaba era la ensalada, la carne sí, pero el tema es que lavaba los platos y daba asquito lavar esos platos luego de la cena. El olor a sangre la hacía convulsionar.


Se detuvo a leer los nuevos envases que detectó en las góndolas. Cuando lo vió observándola, levantó la vista y allí estaba, alto, con barba, unos treinta y cinco años, tenía una cara angulosa y ojos curiosos con larguísimas pestañas. Se puso nerviosa, él se la hizo fácil y rompió el hielo " Hace frío cerca de las heladeras " dijo.Era cierto , siempre se congelaba y huía de las heladeras. "Te congelan " se animó a decir y se alejó de la góndola. Estaba tan nerviosa que le temblaba todo el cuerpo, "qué boluda que soy ", "Qué tonta ". Sentía la mirada de él en la nuca , en la caja, tenía miedo, terror que él notara que su presencia la había conmocionado. Dijo fuerte " acá tenés " a la cajera, "gracias" y partió.


"Eh , ¿ Qué pasa ? " sintió la voz masculina detrás de ella. Y lo odió, lo odió de veras porque no podía escapar y excusarse, porque tenía que dejar de lado su timidez y contestar, porque tenía ganas de darle la bolsa por la cabeza pero su corazón apresurado le decía que no, que no era bueno para empezar con alguien ser ruda. Pero igual se animó y contestó o preguntó ¿ Siempre estás a la caza de algo ?. La risotada de él lo hizo odiarlo más pero ya está, ya había ganado él. Y ella ya había sucumbido.


"Mayra" dijo y le extendió la mano. Él la acercó y le dio tremendo beso en la mejilla. "Francisco" dijo, todavía riéndose. Se sintió una pueblerina, una mongui y se atrevió lo miró a los ojos y le clavó la mirada como diciendo "a mí ,no ". ¿ Así que venimos al mismo super ? dijo él. Mayra lo observó bien y decidió que había sido una día genial porque Francisco era precioso. Igual le contestó a regañadientes "sí". "Bueno, te dejo porque estoy apurada ". Francisco sacó de su jean una tarjeta y se la dió. "Llamame " o dame tu número...Ella alcanzó a tomar la tarjeta y salir corriendo de allí.

En la tarjeta se leía Francisco López Merino, endocrinólogo y matrícula y demás. Se rió cuando llegó al ascensor " si piensa que lo voy a llamar " " claro , seguro ". Cuando llegó al tercer piso que era su piso, Mayra se insultó por no darle el número. Se desesperó...Y fue unas 7 veces seguidas para encontrárselo en el super. Y no, a distintas horas y no. Cuando ya estaba a punto de darse por vencida, habían pasado unos 15 días lo vio venir de frente y se pellizcó y se sintió refeliz. LO disimuló muy bien y cuando se cruzaron, él sonrió y le dijo "Esperé tanto este momento , no me voy de acá hasta que no me des tu teléfono " o me aceptes un café. "Vos decidí", esta vez no sonreía, se quedó mirándola fijo en espera de su respuesta y Mayra no supo si tenía toda la suerte del mundo o que dos que quieren estar juntos, el azar o qué los reúne. NO es magia, no es ficción, no es sólo deseo, es Amor, insistencia en que eso pase, querer que las cosas sucedan, fluir en coincidencia.

Cuando tomaron un café a dos cuadras de allí Mayra lo acarició con la mirada más hermosa que tuvo y se detuvo en sus manos, sus manos, tan bellas , nudosas y fuertes...Y sintió que era él, que no podía ser otro. Que alguna vez había soñado con él y que ahora lo tenía enfrente y que se le hacía difícil contestar porque estaba totalmente rodeada de la belleza que todos necesitamos para vivir. Y que ésta nos deja mudos por su fragante y elegante presencia.



Mónica Pedraza