La voz igual que el grito
La voz igual que el grito
La palabra igual que el silencio
Así en esta casa
Y en la otra
Y en la de enfrente
Y en la contigua.
Qué irremediables horas
se fugan
parten
hacia un sitio inaccesible.
Qué pena que tiraste los cimientos
de un hogar que aún no nos albergaba.
No voy a buscar
lo que no quiere ser encontrado
no voy a atesorar
lo que desea la más amplia libertad
Cerraré los ojos
Y haré de cuentas
que estoy de vuelta
en “mi hogar”
que no quemaste las naves
aún
y que cierta brisa marina
del amanecer
puede traerte
puede aplacar esta sed infinita
de ti , de tu piel que aún no conozco.