Los perros románticos
En aquel tiempo yo tenía veinte años
Y estaba loco.
Había perdido un país
Pero había ganado un sueño.
Y si tenía ese sueño
Lo demás no importaba.
Ni trabajar ni rezar
Ni estudiar en la madrugada
Junto a los perros románticos.
Y el sueño vivía en el vacío de mi espíritu.
Una habitación de madera,
En penumbras,
En uno de los pulmones del trópico.
Y a veces me volvía dentro de mí
Y visitaba el sueño: estatua eternizada
En pensamientos líquidos,
Un gusano blanco retorciéndose
En el amor.
Un amor desbocado.
Un sueño dentro de otro sueño.
Y la pesadilla me decía: crecerás.
Dejarás atrás las imágenes del dolor y del laberinto
Y olvidarás.
Pero en aquel tiempo crecer hubiera sido un crimen.
Estoy aquí, dije, con los perros románticos
Y aquí me voy a quedar.
Roberto Bolaño