Ahora me convierto en mí
Ahora me convierto en mí. Está
llevando tiempo, muchos años y lugares;
Me disolvieron y agitaron,
Usé la cara de otra gente,
Corrí como loca, como si el Tiempo estuviera ahí,
Tremendamente viejo, gritando su advertencia,
“Apurate, o te vas a morir antes de-”
(¿Qué? ¿Antes de alcanzar la mañana?
¿Antes de que esté claro el final del poema?
¿O de amar a resguardo entre los muros de la ciudad?)
Ahora a quedarme quieta, estar ahí,
¡Sentir mi porpio peso y densidad!
La sombra negra en el papel
Es mi mano; la sombra de una palabra
Mientras el pensamiento da forma a quien la forma
Cae pesadamente sobre la página, se deja oír.
Ahora todo se funde, ocupa su lugar
Del deseo a la acción, de la palabra al silencio,
Mi trabajo, mi amor, mi cara, mi tiempo
Reunidos en el gesto intenso
De crecer como una planta.
Despacio como fruta que madura
Fértil, se separa y siempre se agota
Y cae pero no agota a la raíz,
Así es el poema, puede dar,
Crece en mí para volverse el canto,
Hecho para y por el amor.
Ahora hay tiempo y Tiempo es joven.
Oh, en esta sola hora vivo
Toda yo y no me muevo.
Yo, la perseguida, que corría como loca,
Me quedo quieta, quieta y detengo al sol!
May Sarton, poeta belga.