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viernes, 27 de septiembre de 2013

Novecento


Si hay algo que decir de la película "Novecento" (1976)es que es un magnífico retrato de época, la de principios del siglo pasado. De ahí el nombre del film. La historia pone en contraste la vida de pobres y ricos, de campesinos y terratenientes. Y a medida que va transcurriendo la película la aparición de las distintas fracciones políticas: los fascistas, los socialistas, los comunistas, etc. Un juego de antagonistas contado de un modo bello e insuperable. Bertolucci realiza un homenaje a la comunión de los hombres a través primero de las incipientes rebeliones campesinas siguiendo con el nacimiento de los partidos políticos de izquierda: socialismo más utópico e idealista y el otro, el comunista más pragmático y extremista. De los comunistas se puede resaltar negativamente el fanatismo comparable a los fascistas de quienes sufrieron persecuciones, torturas y asesinatos.Imperfectos en su visión y puesta en marcha como la visión burguesa de la que pretenden diferenciarse y abolir. La historia nodal es la de dos niños, de dos hombres de diferente clase social hermanados en la época de inocencia y de juegos.Separados ambos de adultos por la violencia, la desigualdad el hambre y la injusticia que generan el reparto poco equitativo de la riqueza y del poder. Un fresco que deja al desnudo el juego de poderes, lo absurdo de tantas muertes ya sea en el frente o en el campo pero el film también es un canto a la posibilidad de la esperanza en medio del fango. La emotiva resistencia a dejarse vencer por la adversidad, la injusticia y la pobreza. Un reparto estelar entre los que sobresalen Robert de Niro (Alfredo), Gerard Depardieu (Olmo), Burt Lancaster (Alfredo) papel que me hizo recordar vívidamente al noble de "El Gatopardo" de Luchino Visconti, una frágil pero terriblemente seductora Dominique Sanda (Ada), un arribista perverso y violento Donald Sutherland (Attila), una ambiciosa y demente Laura Betti (Regina) la chica revolucionaria la buena socialista (Stefanía Sandrelli), etc. Acompañan extras y gente de la ruralidad que acercan aún más a este film a una realidad casi palpable. En esos rostros sufrientes, en esos cantos (e instrumentos antiguos) que vienen de siglos se muestra más fehacientemente el peso trágico de algunas existencias apenas aliviadas con algunos bailes, algunas sornas, algunas rebeldías con el patrón. Más de 5 horas de duración han conspirado para que este film no sea de gusto masivo pero eso a una obra de arte no le hace mella por el contrario a los que la película nos encantó seguramente necesitábamos más horas. Solo una apreciación de una amante del cine. Soberbia dirección de Bernardo Bertolucci, música perfecta del maestro Morricone y lo mejor la magistral fotografía de Vittorio Storaro.De lujo. Algo panfletaria la película en la segunda parte de todas maneras es inolvidable por el lirismo, lo bucólico de esa vida ruda salvaje que es la vida en el campo (en esa época) y por la defensa que hace el director de aquellos que por siglos estuvieron olvidados y explotados, los campesinos. Esos parajes de la Emilia, esos campos con días rigurosos, con nieblas, con sus ciclos de soles y lunas, de cambio de estaciones son el marco espléndido de esta historia casi documental casi perfecta. Lo mejor del cine italiano que recuerda a otros grandes directores afines con la política, estética e ideales del director: a Visconti, a Pasolini, a Ermanno Olmi,a los hermanos Taviani entre otros.