La música es sublime, es el arte máximo, no puedo vivir sin música, como el aire que respiro. En mi familia materna hay guitarrista, a mi madre le gustaba el piano como a mí, y una de mis tías, Esther es la responsable (por suerte) de mi adoración por la música clásica y el ballet.
Karlheinz Stockhausen, el compositor alemán contemporáneo decía lo siguiente " Desde que el hombre existe ha habido música. Pero también los animales, los átomos y las estrellas hacen música."
Estudiar con música, despertar y acostarse con la música, que no nos falla nunca, que nos eleva, nos serena, nos pone las pilas, nos inspira yo escribo con música en este momento con la escucha de Händel y su bellísima Sarabande: Cuánta emoción, cuánta sensibilidad en este caso, músicos de la talla de Bach, Mozart, Haydn, Glück y Beethoven le rinden honores a Händel.
Música porque sí, porque es como descubrir a Dios en su más portentosa manifestación, tan cerca que casi podemos oírlo. Y podemos captar con toda su intensidad lo inolvidable de un sentimiento, la felicidad más perfecta o la soledad más bestial.
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