Bajo el árbol frondoso
Podemos hacer de nuestra existencia un laberinto
un camino, un entrecruce de caminos
un hogar,un asilo mental,
un sitio de guerra
un videogame
Pero
hemos caminado tanto ya
y es preciso no llegar sino detenerse un poco
al abrigo de grandes olivares,
o bajo la sombra de algún árbol frondoso
cerca de una fuente de agua
Hay que saciar la sed inicial
y seguir,
continuar siempre
hasta cuando acaben los huesos blancos
mudos, roídos
en una fosa común
o en un jardín de paz.
Pero ahora
deben estallar los besos
desnudarse los cuerpos,
acariciar el lomo de la Vida
enamorarse de un lobo antiguo
y bello.
Mónica Pedraza