Una ráfaga de belleza es lo que te pasa por el pecho cuando escuchás a Stuart Staples , el líder de Tinderstick, con su My Oblivion. Es fascinante esa voz no puedo decir otra cosa. Y ese tema, es para escribir 800.000 poemas a la vez.
Dejando de lado la baboseada estamos a punto de entrar en la casi cuarentena total. O sea como un estado de sitio.Cada vez peor pero dicen que es necesario. Me surgen preguntas todo el tiempo, sí todo el tiempo
¿ Qué será de nosotros ?
¿ Qué quedará de este mundo que conocimos ?
¿ Volveremos a lo de antes ?. No no creo, luego de los muertos que habrá no podremos volver a sonreir por un tiempo. Por un largo tiempo si es que sobrevivimos.
Todo es "llamá y vemos " porque por la peste no saben si estarán/trabajarán mañana. Nadie está seguro, se acabó la seguridad, la estabilidad.Señores bienvenidos al caos.
Bienvenidos a la fragilidad que se instalará en nuestras vidas por un tiempo. Nos tendremos que refregar los ojos para encontrar el mundo tal cual lo dejamos un febrero 2020.
¿ Serán los Idus de marzo ?, esa maldición perpetua. El Mal devenido en un virus que nos dejará casi secos, sin pulmones, sin aire, muertos. Casi muertos porque si sobrevivís tenés fibrosis y demás.
Que Dios nos ampare o lo que sea que se apiade de nosotros.
Creo que Dios a veces se pudre de amparar a unos seres egoístas, soberbios, llenos de codicia, mezquinos, malos, perversos y desata toda su ira sobre todos y nos condena a lo peor. Y lo peor es ver que tal vez la salida está lejos muy pero muy lejos. Más allá de nuestras manos que se han puesto a cavar y ya sangran. Y la luz no llega. y no hay más que estas manos y este terror.