" Escribir, si es entrar en un templum que nos impone, independientemente del lenguaje que es nuestro por nacimiento y fatalidad orgánica, varios usos, una religión implícita, un rumor que cambia de antemano todo lo que podemos decir [...] escribir es, pues, ante todo, querer destruir el templo, incluso antes de edificarlo; es por lo menos, antes de franquear el umbral, interrogarse sobre las servidumbres de semejante lugar, sobre la falta original que constituirá la decisión de encerrarse en él "
Maurice Blanchot de "El libro que vendrá"