Buscar este blog

Mostrando entradas con la etiqueta Freya. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Freya. Mostrar todas las entradas

sábado, 14 de abril de 2018

Freya











Los árboles estaban gigantes ese verano.Y muchos eran frutales.
Freya amaba las mandarinas. El intenso olor, la frescura cítrica.
Así le quedó la piel cítrica y dulce. Veraniega y natural. Tal cual Freya.


Y luego vinieron las muertes y los accidentes. La gente se quiebra
porque algo está definitivamente herido en esa persona
y la única manera de pedir auxilio es a través del dolor y del quiebre.

Y llegó el Ártico con sus vientos terribles y la eterna belleza
de lo congelado. Y el silencio eterno de su padre que la volvía a desarmar.


Y la Primavera y el florecer. La flor que debe ser y manifestarse. Y llegar con su armonía
a todos y permanecer. Freya soltó un cuerpo, una bonita raíz y pétalos aromáticos.


Y de repente esa sensación de marea, de náusea de observar un mundo insoportablemente vacío,insulso. Y llegó él, el hijo de un planeta plutónico, tempestad y fuego y otra vez el hielo pero ahora salvaje y libertino.Y la imposible comunicación y más fragmentaciones.

A Freya tantas veces la nombraron "reina de". Blablabla. Reina del amor fou, Reina de la Nada, de la fragilidad inocente,de la justa disolución de los días, reina del verano, de los bosques oscuros y de la alta montaña donde puede impregnarse de serenidad y vida. Y regresar con sangre o eso cree.


Mónica Pedraza