Hay muchas vidas en una,
la raíz de lo secreto las atraviesa.
Somos estremecidos
por el verano
y su cautivante voz dorada
que viene del profundo mar.
Aplacados por el invierno
y su tenaz nieve,
el frío nos pone a dormir
y a mirar el fuego.
Construimos nuestra casa
en otoño
y hacemos vecinos a los pájaros del bosque,
cantamos con ellos.
Nos despertamos, regresamos
a nuestra piel, la morada del corazón,
en la bella Primavera,
florecemos
para volver a sentir.
Mónica Pedraza