Las sombras acompañan al que fue,
las ciudades están muertas,
fueron.
Aquietados los pasos
sobre los adoquines,
la luz sin embargo se expande
sobre los que aún la pelean
y se resisten
a la devastación.
Porque está claro que los que pelean
los que lidian con el espanto
cara a cara
son los que defienden el mundo,
los que creen que todo puede ser salvado
a pesar de la podredumbre
del olor nauseabundo
de los hedores
y de las intensas fragilidades.
Aún
aún
aún.
Mónica Pedraza
ph: Otto Steiner