Esta carta te la escribo para poner los acentos en las íes. Acá ya es otoño y tú estás en primavera. Es la dulce hora en que los mortales duermen pero nosotros no. Nosotros somos de otra especie.
Afuera hay gritos en la calle, es demasiado tarde para dejar el esqueleto en la calle y volcarlo en el contenedor.Cuando me dicen que somos raros, los escupo, los maldigo. ¿ Qué se meten ?. ¿ Qué quieren conseguir ?.Nunca les daremos información, que vengan con su mapas o sus GPS.Nosotros no los guiaremos , que sigan su propio camino, nosotros ya hicimos el nuestro.
Me duele el cuerpo a ti seguro la espalda, la larga espalda quemada por el frío, y la llovizna. Tantos inviernos que llevamos encima y estos absurdos pliegues sobre los párpados. La Historia dirá que hemos sido vencidos, pero eso no es cierto...Es el río, y son las piedras, la acumulación de bacterias en los pulmones...
Y me acuesto sobre la orilla y espero que pases y al final nos retiremos y dejemos a los hombres la tarea de recordar cómo es que fuimos, de qué materia estábamos formados, cuál era la estrella de origen y volarán en bandadas los últimos pájaros sobre la montaña donde nos amábamos sin pudor, ni tiempo, ni prejuicios, ni suspicacias, ni pretextos, sin derrotas.
Mónica Pedraza