Pequeño sueño de los Dientes de León
Y tu luz es como un paraíso
virginal, radiante...
Ven a buscar la llave
de la felicidad
que a veces es mísera e impertinente.
Tus ojos son dos reflejos
de ese mar
en el que me quiero hundir
Tomás mis manos y la llevás a tu pecho
nunca el fuego fue tan consistente y renovador.
Te lo digo de nuevo
hoy es siempre
Días de sol
como esta larga poesía que deseo escribir
sobre tu vientre.
Mañana es volátil
y recorro tu espalda a besos
y no quiero más que este segundo
Este segundo que tiembla
sobre las flores,
y me cierra los ojos
de intenso amor.
Mónica Pedraza