
Aceptación
Cuando el sol exhausto arroja sus rayos sobre las nubes
y cae ardiendo sobre el golfo debajo,
no se oye voz en la naturaleza que se lamente
por lo que ha pasado. Las aves, al menos,
deben saber que es el cielo que se oscurece.
Murmurando algo silencioso en su pecho,
un pájaro comienza a cerrar un ojo descolorido;
quizá extraviado, demasiado lejos de su nido.
O apresurado, justo encima de la arboleda,
desciende a tiempo sobre el árbol recordado.
A lo sumo piensa suavemente: ¡estoy a salvo!
Ahora deja que la noche sea oscura para todos,
Deja que sea demasiado oscura para que yo vea en el futuro.
Deja que lo que deba ser, sea.
Robert Frost
no se oye voz en la naturaleza que se lamente
por lo que ha pasado. Las aves, al menos,
deben saber que es el cielo que se oscurece.
Murmurando algo silencioso en su pecho,
un pájaro comienza a cerrar un ojo descolorido;
quizá extraviado, demasiado lejos de su nido.
O apresurado, justo encima de la arboleda,
desciende a tiempo sobre el árbol recordado.
A lo sumo piensa suavemente: ¡estoy a salvo!
Ahora deja que la noche sea oscura para todos,
Deja que sea demasiado oscura para que yo vea en el futuro.
Deja que lo que deba ser, sea.
Robert Frost