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sábado, 7 de febrero de 2009
Vivir en un pueblo
Por cosas de la vida fui y volví por aquí y por allá. Viví la mayor parte de mi vida en Capital Federal. Y también donde nací que es Bell Ville en el sudeste de Córdoba. No es un pueblo pero casi casi con esa apretada vida de los pueblos. Y sí mi corazón se quedó en sus calles en su gente en todas las horas que fui (más feliz que infeliz). Uno pertenece a su tierra tiene raices y si te vas de allí algo desaparece de ti algo ya no te pertenece. Te desarraigas y si te pasa eso algún día sabrás lo que es el dolor de veras no de mentiritas. Porque mi pueblo permanece en mí como si fuera ayer y puedo verme más jovencita o cuando era pequeña solo a través de ese espejo. Los otros espejos jamás me devolverán Mónica. ¿cómo es vivir en un pueblo?. Tienes que experimentarlo tienes que sentir el olor de la tierra en el mes de noviembre y el calor sofocante y el granizo después. Tienes que pasear por su calle principal calle Córdoba esa especie de pasarela donde nos vemos todos los que somos. O cruzar la plaza e ir a la bonita iglesia o en la esquina ir a la Biblioteca Municipal a buscar algún material de lectura para que nos despierte un poco. Es imposible describir lo que es vivir en un pueblito lo que te puedo decir es que es bonito y hace bien. Hace bien esa tranquilidad a la hora de la siesta esa lentitud provinciana las chicharras el viento y el azul casi negro de sus noches. Mi bonito y querido Bell Ville.
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