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miércoles, 8 de septiembre de 2010
Nelly Sachs
Este es un rincón de poetas y de artistas por eso Nelly Sachs está aquí:
En 1966, Nelly Sachs obtuvo el Premio Nobel de Literatura (compartido con el escritor israelí Yosef S. Agnón). Poetisa alemana cuyas poesías evocan la finitud, la cercanía de la muerte, la tristeza.Su poesía es universal en cuanto al dolor y la pérdida que cualquier ser humanos puede tener y particular en cuanto a la presencia de elementos religiosos judíos en su poesía. Entendible ya que vivió la Segunda Guerra Mundial de cerca.Buena parte de su familia terminó en campos de concentración.Se salvó de morir ahí porque se exilió en Suecia.
Noche, noche...
Noche, noche,
tú que no estallas en pedazos,
ahora donde el tiempo con el sol viajante
del martirio
en tu manto marino lo profundo se hunde-
la luna de los muertos
el techo de tierra derribado
saca sangre en tu silencio que se coagula-
Noche, noche,
una vez tú fuiste del secreto novia
adornada de lilas de sombra-
en tu oscuro vaso centelleó
la fata morgana de los ansiosos
y el amor hubo colocado su rosa de mañana
por ti para florecer-
Una vez fuiste de las pinturas del sueño
espejo puesto y boca de oráculo-
Noche, noche,
ahora eres el cementerio
para una estrella convertida en espantoso naufragio-
sin habla se hunde el tiempo por debajo de ti
con sus signos:
¡La piedra que se precipita
y la bandera del humo!
Y nadie sabe cómo seguir:
Aquí...
Aquí
donde naufragué en sal,
aquí en el mar
con sus azules niños de pecho,
que se nutren
posesos de luna
en el ama del alma-
aquí en la arena,
que danzaba en el zodíaco,
aquí yace lo cifrado con lo no nacido
apareces
hacia atrás
en el vacío oscureciente,
que en torno a ti espera,
una cesta para ser llenada
con frutas
que van por metálicas vías astrales
o
son expedidas
mi aliento te tiendo
y caigo
para habitar nuevamente en un cardo
que nunca será flor-
Tras la puerta...
Tras la puerta
pulsas la cuerda de la ansiedad
hasta que llegan las lágrimas.
En esa fuente te reflejas-
ESTAMOS TAN LASTIMADOS
Estamos tan lastimados
que creemos morir
si la calle nos arroja una palabra maligna.
La calle no lo sabe,
pero ella no soporta tal carga;
no está habituada a ver que se descerraje sobre ella
un Vesubio de dolores.
Los recuerdos de tiempos antiquísimos están extirpados
para ella,
desde que la luz se hizo artificial
y los ángeles juegan sólo con pájaros y flores,
o sonríen en el sueño de un niño.
Su poesía es la poética de una mujer que hace de portavoz del pueblo judío pero que toca temas caros a toda la humanidad: la necesidad de respetar al otro, de quererlo como si fuéramos nosotros mismo, la libertad esencial para respirar aire en esta bendita tierra.
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