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miércoles, 20 de abril de 2011
Tres poetas
La poesía otra vez enamorándonos e inspirando nuevos poemas. Elegí tres poetas:Octavio Paz (poeta mexicano),E.E.Cummings (norteamericano)y un poeta nuestro "Alberto Girri.
Tus ojos
Tus ojos son la patria
del relámpago y de la lágrima,
silencio que habla,
tempestades sin viento,
mar sin olas, pájaros presos,
doradas fieras adormecidas,
topacios impíos como la verdad,
otoño en un claro del bosque
en donde la luz canta en el hombro
de un árbol y son pájaros todas las hojas,
playa que la mañana
encuentra constelada de ojos,
cesta de frutos de fuego,
mentira que alimenta,
espejos de este mundo,
puertas del más allá,
pulsación tranquila del mar a mediodía,
absoluto que parpadea, páramo.
Autor: Octavio Paz
Llevo tu corazón conmigo
llevo tu corazón conmigo (lo llevo en mi corazón)
nunca estoy sin él. (donde quiera que voy vas tu, querida mía.
y lo que sea que yo haga es tu obra, encanto)
no temo
al destino (ya que vos sos mi destino, mi dulce) no quiero
ningún mundo (porque hermosa
vos sos mi mundo, mi certeza)
y eso es vos sos lo que sea que una luna siempre pretendió
y lo que sea que un sol cante sos vos
este es el secreto mas profundo que nadie conoce
(esta es la raíz de la raíz y el brote del brote y el cielo del cielo de un árbol llamado vida que crece más alto de lo que el alma puede esperar o la mente ocultar)
y es la maravilla que mantiene a las estrellas separadas
llevo tu corazón (lo llevo en mi corazón)
Autor:E.E.Cummings
LA SOMBRA
De algún modo soy tu cuerpo,
Me designo en él, me quema
En la mentira útil como un remo,
En la desgracia y la amorosa lucha
Abriendo Los huecos de su máscara.
Pero no me lo permitas,
No me dejes ser sólo tu cuerpo.
De algún modo soy tu cuerpo,
Cuando la rica, inexplicable sangre,
Transcurre en medio de representaciones.
Y lo seré hasta que cenizas
Acaricien tu prestada, última parcela.
Pero no me lo permitas,
No me dejes ser sólo tu cuerpo.
De algún modo soy tu cuerpo,
La opresión que difunde me sostiene,
Y no en otro descienden las palabras,
Urde la disculpa el vejado sermón
Por nuestras pasadas facciones.
Pero no me lo permitas,
No me dejes ser sólo tu cuerpo.
De algún modo soy tu cuerpo
Y si en atención a su dañina mengua
Me cuido bien de mirarlo como esencia,
¿Con qué prodigio, incisivo milagro,
Percibiré tu pasión cuando lo excluya?
Pero no me lo permitas,
No me dejes ser sólo tu cuerpo.
Autor: Alberto Girri
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