Sin llegar estaban provocando a los dioses
y no pedían perdón
La fusta infinita de la noche
abatía sus cabezas
Y no les importaba
ni ser dueños de la ignorancia
ni la estupidez
No habían nacido
y ya todos hablaban
de sus mentiras
y traiciones.
Les hicieron caso
sobrevivieron al escarnio
Y fueron
todo eso que se pensaba de ellos
y más aún.
Mónica Pedraza
ph: Matthew Wylie
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