"Lo que hayamos amado, lo que nos haya maravillado, incluso una brizna de hierba, testificará por nosotros ante el tribunal de la Nada. Lo esencial nunca muere. Sólo muere la muerte ".
"Las casas son como las personas, tienen su edad, su cansancio, su locura. O más bien no: son las personas que son como casas, con su sótano, su desván, sus paredes y, a veces, esas ventanas tan claras que dan a tan hermosos jardines."
¿Dónde termina la persona, su contorno, sus límites, dónde comienza lo que es incluso más cierto que ella misma, el dolor en su voz, la inocencia en sus ojos?.