El verano como respiración
Nos vamos lentamente
cuando el verano es respiración,
caemos en grandes manos
y pensamos que quizás ésta sea nuestra buena suerte.
Por un cielo de diamante
perecemos
con una herida abierta en el pecho
y nos agotamos en la búsqueda,
en el hondo vivir,
y fraguamos barcos inquietos,
y miradas devoradoras
y fingimos una Felicidad que nos elude.
Y el viento que ya ha barrido
algo de nosotros,
y el sueño precipitado en una vaga ilusión,
impreciso y fragmento de lo que fue
nos dice Renuncia,
Huye de la liviandad,
de la fragilidad de las cosas
donde la Nada es Nada
y todas las cosas a la vez.
Mónica Pedraza