Muchas personas dicen que que están de vuelta de todo. Debe ser terrible aniquilar la mínima luz que asiste una esperanza. Debe ser demoledor sentarse frente a un espejo y decirse ya no. Ya me lo sé todo.
Es en la imperfección donde reside lo que puede ser perfecto. Lo realizable, lo que se puede moldear, dibujar, imaginar. Decir no es cerrarse las puertas a la posibilidad de un sueño. De un nuevo día radiante y prometedor.
La noche es bella siempre, es hermosa ahhh con todas esas estrellas, esas luces aquí y allá pero el día también es sublime y nos deja mudos de belleza. Los bosques, todos esos caminos, las montañas, los ríos, los mares. Tanto por conocer y ser deslumbrado.
Cerrar los ojos a la belleza de vivir no quiere decir que no sepas que afuera hay una brisa que enamora. Poner muros no significa que dejes de escuchar los latidos del otro lado. Hay vida del otro lado. Hay vida en la noche y en el día.
Hay que escuchar los pasos que se acercan, poner finito el oído, agudizar la visión para ver más y mejor. Poner la sensibilidad a trabajar, a inspeccionar.
Hay música en todas partes. Puedes ser el compositor, el cantante o un oyente dispuesto a ser iluminado por esas notas y composiciones.
En todas partes puedes leer lo que hay en tí, lo que fuiste y serás. En todas partes estás vos y el Universo conectados. Es cuestión de abrirse y entregarse sin miedo. Poner el sí antes que el no, escribir que estás dispuesto a aprender y no que te lo sabes todo, afirmar lo positivo sobre lo negativo, aceptar la oscuridad y brindar tu luz a todo el que se acerque. Se trata de estar, estar despierto, de no distraerse, de vibrar intensamente.
Mónica Pedraza