El sentido, el significado profundo de la Pascua es la resurrección. El despertar. Otra posibilidad de ser feliz, de vivir en amor, en comunión con los otros. Ese es el legado magnífico de Cristo, el Hombre. Un hombre extraordinario, un ser de luz, un revolucionario, un transgresor, el Ascendido. Para entender al hombre común Jesús desciende a vivir entre hombres y compartir sus dolores, la cotidianeidad y a predicar con el objetivo de salvar almas. Fue el hijo de José, el Carpintero(el constructor de vidas) y de María. Atravesó el desierto plagado de tentaciones, la insinuante voz del Mal ofreciéndole el Mundo a cambio de su alma. La seducción de lo terrenal en trueque por esa magnífica alma. Y Cristo le niega cabida en su mundo. Es el primer acto de resistencia, de sublevarse. Luego resistirá todo, irá contra todo lo que no sea digno de lo mejor del hombre: la codicia, la traición, las vanidades. Y por último la cruz. Esa cruz en la que deja su vida terrenal y que es intensamente valiosa. Por ser el símbolo del amor. En esa cruz también quedan nuestros pecados,esa vida pasada, los miedos, la soberbia, el orgullo ,los odios. Resucita y asciende. " Ven a mí" dice Jesús. "Entrégate" nos invita al banquete donde la vida será eterna. Y donde no habrá cruces en las que morir todos los días.