La respiración de la chica del pelo color zanahoria
La septicemia te tomó todo el cuerpo.
Se viene la rebelión de la gente callada y honesta cansada de los abusos del poder.
Cuatreros, ya no hay caballos aquí.
Las dentelladas que la gente da. Se da vuelta y ni se entera. Y vos no sabés cómo parar la sangría. Llamen a la ambulancia. Es urgente.
Las fronteras en todos los países se van cerrando. Nos vamos volviendo seres nacionalistas a la fuerza.
La de afuera de mí te saluda.
En el duelo entre una lapicera de pluma y otra una birome simple , una BIC gruesa azul me quedo con ésta última.
Me fundí en la música
La gente habita en sí misma y poco sabe de los demás. Bueno sí a veces se asoma a ver.
De ese aquelarre líbrame Señor.
Cultivo palabras como otros lo hacen con limones, naranjas o verduras.
Todo grito es el primitivo , el originario que se va replicando infinitamente. El de nacimiento, el de dolor, el del parir, el de sufrir, el de morir, el de la cópula. Todos son uno y siempre el mismo aunque pensemos que no. La alegría y la infelicidad son cercanas, fronterizas.
Ya eres sólo una arruga.
En todo desorden se alberga un orden personal e intransferible.
El delivery de sueños va por ahí haciendo estragos.
Seres espaciales venid aquí y mejorad este mundo sin perdón.
La respiración de la chica del pelo color zanahoria la delató mientras buscaban a la verdadera culpable.
Vas a patear la calle de la calle de la calle de... y no vas a encontrarte.
A todo fascista le gusta el caos.
Vas a escribir el futuro con pedazos de anteayer, de hoy, de ayer y de pasado mañana.
La casa se vino abajo. Colapsó por el miedo.
Todos tenemos algo de héroes y de miserables.
En alguna parte del Universo Robert Walser sigue deambulando.
Unos trapos andrajosos cubrían su pubis, se veía bella así. La luz que venía de afuera y que caía sobre su cuerpo le daba un efecto maravilloso como si fuera una Luna, mejor dicho una Luna Nueva.
Mónica Pedraza