"Los sicilianos -dirá Pirandello al hablar de Verga- tienen casi todos un miedo instintivo a la vida, por el cual se encierran en sí, apartados, contentos con poco, con tal de que les dé seguridad. Advierten con desconfianza el contraste entre su ánimo cerrado y la naturaleza que los rodea, abierta, clara de sol, y se encierran aún más en sí, porque de esa apertura, que por todas partes es el mar que los aísla, es decir los margina y los deja solos, desconfían, y cada cual es y se vuelve isla, y él solo goza -aunque, apenas, si la tiene- su propia alegría; solo, taciturno, sin buscar consuelos, sufre su dolor, a menudo desesperado. Pero están los que se evaden…" Es, también este pasaje una definición, un "retrato "; que halla su más auténtica, vasta y dramática articulación en toda la obra de Pirandello. (…) esta dualidad contrastante, entre la naturaleza abierta y el hombre desconfiado y encerrado en sí, se debe a que los sicilianos no desconfían del mar que los aísla, los margina y los deja solos sino del mar que trajo a sus playas a los invasores" "Es el miedo histórico, convertido en miedo existencial."
Leonardo Sciascia
ph by USEF (Unione Siciliana Emigrati e Famiglie)