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jueves, 31 de marzo de 2011
María Ramos
Estos poemas pertenecen a la poetisa española María Ramos.Un verdadero descubrimiento.Poesía que sabe de rebeldías.Escritas con mucha pasión.Poesía de mujeres fuertes.
PÁJARO MUERTO
yo no soy un pájaro muerto
aunque a veces sea
tan
fría
y parezca que todo se ha consumido
bajo la
pequeña
piel
de mi pecho.
soy más, soy más, soy más
que un nacimiento
extendido
sobre mí
como una tela mojada
más que una persona cualquiera
y que el avance ciego de los insectos.
desnuda
soy una pelea de perros.
destrucción
no un pájaro muerto.
soy quien lo contempla
mientras dice ¿qué has hecho?
¡bicho estúpido! ¿por qué lo has hecho?
buscando amor como la sangre.
no soy un pájaro muerto
sino el pájaro
que levanta la cola
y se agita
en primavera
el que mueve el cuello
y busca a
su hembra
con un gusano
en la boca.
Me, that hole
Está bien
ahora
mira en el rincón oscuro
ahí donde
la clave del miedo
convive
con la clave de la felicidad
ahí donde el secreto de la osadía
convive
con el secreto de la tristeza
y dime qué ves.
¿Es tan oscuro que no alcanzas
a distinguir
tu propia mano?
¿Es tan oscuro que no sabes
si el dios está muerto
o inclinado?
¿Tan confuso es?
¿Tan dilatado?
Mírame.
¿Puedes saber qué tienes
ante ti? –Brilla.
¿Puedes saber qué parte
ha sido serrada? –Está abierto.
El rincón y yo somos iguales.
El rincón y yo somos una pieza.
Tienes el pudor
y el exceso.
Tienes el placer
y el daño.
No soy ningún milagro.
No soy ningún depósito.
Mi cuerpo come
y vomita.
Mi cuerpo sangra
y golpea.
Mi cuerpo abre las piernas
y se infecta.
Tampoco yo puedo predecirlo.
Y no podrás
distinguir
dónde empieza el monstruo,
dónde la caricia.
Love
La luz
–esa puta de párpado amarillo–
me recuerda:
sólo la Muerte, sólo ella,
puede librarte del daño.
Adoro el rostro áspero de mi amante
cuando abre y aprieta mi carne,
oscureciendo
mi mente.
CREACIÓN
Entonces las flores crecieron
feroces
y asaltaron la tierra
y la durmieron
y dominaron sobre ella
como ojos.
Entonces fuimos
a hundirnos en lo agresivo verde
las orugas avanzan sobre nuestros brazos
y tengo el útero vacío
grande
bajo el sol
adusto
como una piel cortada
hueco
salvo por la carne
que se mueve en mí
- serpiente -
mientras dejo que todo caiga abajo abajo
líquido caliente voraz abajo
sin respuestas
salvo en el centro
donde pido
y conozco
y amo como nadie
-con total brutalidad-
desnudando la forma de estos hombres
de estos pequeños hombres
tan cansados del peso que les culpa
los atraigo
como a polillas incendiadas
los atraigo
y en la fértil tierra negra respiro
respiro
sobre los ángeles y el infierno.
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