Vivo cada instante
no sé atardecer
ojos grandes y fijos sobre el paisaje
ojos de asombro y fe
en el horizonte.
Si tú eres el resplandor
que quema
entonces la aventura es decidida
y férrea
como la intensa calma de los árboles
ante el futuro vendaval.
Voy a escribir los nombres
en el pecho
y a dejar que los días grises
se espanten
ante esta fuga de belleza
que nos dibuja.
Voy a estar encendida en vos
como luz única,
como mi amor verdad.
Mónica Pedraza