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domingo, 1 de diciembre de 2024

Dios mueve al jugador..., Jorge Luis Borges





" Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.¿
Qué Dios detrás de Dios la trama empieza
de polvo y tiempo y sueño y agonía ? ".


Jorge Luis Borges


(extracto Poema Ajedrez)

ph by mahoganyamore

lunes, 24 de febrero de 2020

Snorri Sturluson, poesía de Jorge Luis Borges









Jorge Luis Borges amaba a Islandia y amaba a los escaldos, los poetas islandeses, entre ellos uno de los más famosos, Snorri Sturluson.


Snorri Sturluson


Tú, que legaste una mitología
de hielo y fuego a la filial memoria,
tú, que fijaste la violenta gloria
de tu estirpe de acero y de osadía,

sentiste con asombro en una tarde
de espadas que tu triste carne humana
temblaba. En esa tarde sin mañana
te fue dado saber que eras cobarde.

En la noche de Islandia, la salobre
borrasca mueve el mar. Está cercada
tu casa. Has bebido hasta las heces

el deshonor inolvidable. Sobre
tu pálida cabeza cae la espada
como en tu libro cayó tantas veces.


Jorge Luis Borges

domingo, 16 de febrero de 2020

Las plegarias, poesía de Graciela Maturo












Las plegarias

Las plegarias del mundo
suben del pecho de los hombres, de las mujeres
y forman un gran árbol invisible
El árbol crece
sostiene el mundo hacia lo alto
Es la fuerza de gravedad del aire
el amor que nos llama
hacia las altas ruedas del espacio
hacia la noche sin aurora
en que todos los días resplandecen


Graciela Maturo

sábado, 15 de agosto de 2015

El adios para la noble proletaria: Juana Bignozzi





Hace poco murió Juana Bignozzi, la poeta orgullosa de sus orígenes proletarios. Para recordarla , sus poesías,






Vuelvo a pintar las flores de mi juventud




Vuelvo ver al amanecer
sin temor
ya nunca nadie podrá decirme éstas no son horas
veo amanecer como una mujer no como una joven temerosa
de la ley tu ley
el acero de esta luz para una mujer sola
que no debe temer sino decidir


Le entrego mi nombre a la vida que sube



Detrás de estos juegos de inteligencia
detrás de nosotros, que estamos en los que podemos
que sólo manejamos vasos al borde de la lluvia
vinos amicales,
las fosforecencias del mar tienen su nombre,
que yo solo puedo decir a través de ojos lánguidos,
sonrisas tristes, mi amor devastado.
Tan pobres que éramos,
y ahora los que vienen de Cuba, los que van hacia Cuba,
entran en mi lenta ternura de mujer que vive junto a un río
hacen insoportable nuestra miseria.